Alex mariscal, entrevista por correo de Daniel Dominguez para La prensa (2015)

Alex Mariscal
Dramaturgo
25 octubre 2015


Alex Mariscal, Premio Miró 2016
Entrevista realizada por correo por Daniel Dominguez para La prensa

1. En líneas generales, ¿de qué trata la obra Desaparecidos?
Desaparecidos muestra la historia de nueve soldados que murieron antes y durante la invasión del 20 de diciembre de 1989 y de una mujer que busca a su esposo, también soldado panameño que salió de casa hacia el cuartel esa fatídica noche.  
Los personajes despiertan a la escena desde bolsas sobre catres en un desolado espacio, que se presenta paulatinamente como un campo de concentración norteamericano para los prisioneros de guerra del régimen militar panameño. A medida que transcurre la obra los personajes van tomando consciencia de que han sido abandonados a su suerte en este campo de concentración donde ya no los cuentan, no les pasan revista, y donde ya ni siquiera comen y donde cada día hay menos, hasta que solo quedan ellos nueve. Los personajes que han intentado salir reconocen que cruzan las alambradas en una especie de limbo y vuelven al mismo sitio una y otra vez. Al final vuelven a introducirse en unas bolsas sobre catres y se duermen. La metáfora, es la intención, que el espectador reconozca que todos están muertos desde el inicio: son desaparecidos de la invasión. 


2. En términos de estilo y de montaje, como director, ¿cómo vez la puesta en escena de la obra?
El estilo de la obra está fundada en la estética de la fragmentación y en la recepción, por lo tanto  el montaje debería proponerse muy poético, entre lo surrealista y lo expresionista, muy asentado en la imagen y en la atmósfera para poder recrear ese universo escatológico de esos soldados que no se resisten a abandonar su existencia en el campo de concentración.

3. ¿Por qué recomendarías leer esta obra?
Porque la obra refiere a una realidad sobre la que los personajes concluyen que no debe repetirse, porque ellos reafirman que todo conflicto bélico está segado por la confusión, por la ignorancia, traición dentro de cada bando, y por designios que ellos mismos desconocen. Porque esa traición cuece la nobleza de seres humanos que no comprenden ni siquiera por qué luchan excepto que fueron entrenados para esa absurda tarea de matar a otros seres humanos.

4. ¿Qué encuentras en el teatro como medio de expresión?
El teatro, cuando no es una simple convención social, sino un teatro más primitivo enraizado en el consciente colectivo, en la teatralidad,  permite a sus ejecutantes restablecer un aspecto primitivo del ser humano: el ritual, la celebración, el encuentro  o comunión entre los factores sociales esenciales dentro del fenómeno teatro. Es decir la comunidad de actores, los técnicos, los espectadores. No es una simple velada, es un acto fundamental para vernos para reafirmarnos como seres sociales en contradicción y evolución constante, por otro lado  es un hecho irrepetible. 

5. ¿Qué representa ganar el Miró por primera vez?

Al Miró siempre llegan dos o tres obras que podrían ser factibles para la escena. En trabajos anteriores los jurados siempre anotan en manuscritos, "esta obra fue seleccionada entre las tres finalistas", y algunas decidí no enviarlas nuevamente al concurso, y las lleve a escena. Porque el teatro se escribe para llevarlo a la escena, ser premiado, simplemente me pone en otro contexto, es decir, la gente vendrá a examinar con cierta alevosía, y se preguntarán: ¿qué es lo que  hay de fundamental en esta obra? Para mí es un trabajo donde simplemente  trato de superar aspectos estructurales o técnicos que he venido ensayando desde hace varios años y donde intento colocar un teatro que no sea lineal, una estructura con "hoyos u orificios”, al decir de José Sanchis Sinisterra, maestro del que tomo algunas ideas. Pero también me coloca en situación de cierta responsabilidad sobre qué es lo que voy a escribir después de esta obra. Es un asunto casi existencial y hasta da cierto temor, sobre todo  por lo indeterminado del proceso creativo. 

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