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Mostrando entradas de febrero 10, 2020

Pinceles sobre una escena trasparente, de Alex Mariscal

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fotos de Eduard Serra  Xin Dance Theatre, de China, encargada de clausurar la octava edición del festival Prisma la noche del 13 de octubre de 2019 en el Teatro Nacional, es una compañía nueva fundada en 2014 por Xie Xin, quien antes había bailado para Sidi Larbi Cherkaoui, coreógrafo belga que incorpora en su trabajo las enseñanzas de Wiiliam Fortsyth, Pina Bausch y Tyrsa Brown. «El estilo llamativo de Xie Xin presenta movimientos expansivos e intensivos realizados con gran elegancia, pero con profunda conexión espiritual», dicen las notas de programa. Al enfrentarse a este universo que cobró vida gracias a los intérpretes Xie Xin, Hu Shenyan, Liu Xuefang, Wang Quizhi, Liu Xue, Tu Yo Zhen, Ma Siyuan y Fan Xiaoyun, bajo la exquisita música de Jiang Shaofeng Yin Yi, uno no puede menos que coincidir con lo que estas notas enuncian. Los movimientos son sencillos, pero el motivo que los genera es muy complejo y polisémico. Cuando uno tiene el privilegio de observar a grandes

Lo que se ama mucho nos devora, de Alex Mariscal

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Uno  de los aspectos poderosos de la pieza By the Skin of Your Teeth, presentada en el Teatro Ateneo la noche del 12 de octubre de 2019 en la penúltima función del festival Prisma, es la música que se cuela en los huesos. Está hecha de notas muy largas que dan paso a otras en semitonos hacia arriba en la escala, con transiciones en las que es difícil percibir cuándo termina una y cuándo inicia otra, excepto por los golpes de sonidos sueltos que martillan marcando aparentemente un compás. ¿Es solo la grabación del viento a gran altura o una composición electrónica? El punto es que genera en el espectador la sensación de una energía muy potente que lo mantiene en ascenso. El otro aspecto es que la coreografía es «sencilla». Los movimientos con que las bailarinas María Rixthon y Ann-Flore de Rochambeau la inician así lo señalan. Son discretos movimientos repetitivos de los brazos de un lado a otro y de arriba hacia abajo. ¿Están acomodando cajas en un almacén? ¿Tirando de una cuer

Humano versus máquina –o la supremacía del híbrido- . de Alex Mariscal

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Definitivamente, tal como lo anuncia el programa de mano del Octavo Festival Internacional de Danza Contemporánea (PRISMA 2019), el viernes 11 de octubre la alemana Julia María Koch aparece con su pieza SIR en el escenario del Teatro Anita Villalaz sin máscaras. Solo viste una peluca rubia y dos piezas de material transparente que no esconden sino que muestran una anatomía femenina elongada y lentamente tallada por el entrenamiento en el oficio de la danza. Por la calidad, la fuerza, la velocidad y ritmo de los movimientos, la característica repetitiva y la sensorialidad que logra comunicar la intérprete, quien es también la creadora de la coreografía, seguro va asiluetándose en el imaginario del espectador esa ya larga preocupación de la humanidad por el invento de la máquina; especialmente, en la última etapa, con la supremacía de la cibernética. ¿Acaso el hombre será robotizado y dejará de ser humano? Ya existen en algunos países implantes de microchips de un app en la muñeca

Irrupción en la estación del metro, de Alex Mariscal

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Algo inusual ocurre a las 4 de la tarde de hoy viernes 11 de octubre de 2019 en la ruta del metro, Estación de Albrook. Se arma un cuadrilátero: cables, cámaras, bocinas y un rectángulo de linóleo negro sobre el piso. Los transeúntes, curiosos, detienen su paso y husmean, se arriman, esperan, pese al calor y la estridente sinfonía férrea del tren. Y lo que ha de suceder sucede: entra al tinglado una joven menuda, Hemda Ben Zvi, entrenada desde su temprana adolescencia en el circo, y luego Amir Guetta, con doce años de experiencia en capoeira. Apenas iniciado el encuentro, la lucha se torna agresiva. En medio de flirteos de piruetas acrobáticas y katas muy complejas, o de secuencias de saltos mortales, los púgiles comienzan a tener contactos, empellones, golpes, y caídas. A veces ella parece estar gravemente herida, y el público lo cree. Entonces, sorpresivamente, ella se levanta y se mofa de él mostrando su superioridad; el público ríe y aplaude a la astuta clown. Así alternan,

El grito que no tiene orejas ni relojes, de Alex Mariscal

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foto de Eduard Serra Al observar la escena de The Man who Traveled Nowhere in Time, que traduzco como «El hombre que no cambia en el tiempo», se proyecta en mi imaginario la serie de pinturas del noruego Edvard Munch, cuyo título original en noruego es Skrim, en español «El grito». En escena, la composición coreográfica de esta pieza, bajo la responsabilidad de Kyra Jean Green, se construye con una frase de pocos movimientos que se acentúan en intensidad, y, en un empecinamiento por la repetición similar a la de un organismo autista o en epilepsia, los otros bailarines reiteran en canon estridente o mecánico el fraseo. A ratos se perciben como un grupo de robots que intentan gritar con toda su energía y con gran desesperación a ese otro que permanece sin escuchar, sin ver, sin reaccionar, para que se mueva, despierte y escuche. Esta dinámica se mantiene y da crecimiento al espectáculo de la compañía Trip the Light Fantastic (Canadá), cuyos intérpretes logran mantener la ene

Me escapo hacia la danza, de Alex Mariscal

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Pinot Noir, del grupo LajaMartin de Estados Unidos, coreografiada e interpretada por Martín Durov y Laja Field, presentada el 9 de octubre en el Teatro Anita Villalaz en el marco del festival Prisma, transcurre en secuencias coreográficas que varían una y otra vez, pasando de códigos que se funden a partir de un espacio cotidiano muy teatral hacia otra dimensión más lúdica y abstracta. En un impulso de los intérpretes se activa todo un mecanismo escenotécnico, y estos se transportan mágicamente desde el sofá de la casa donde miran la televisión hasta aquella dimensión temporal y espacial del futuro. Con la variación de las secuencias se intensifica el ritmo, colores, estilo y el lugar de origen de la música. Transportados en una banda sonora y en el baile, nos llevan por las danzas gitanas, la tradición de banda húngara Parno Grazt, el tango y los ritmos urbanos. Primero, los personajes muestran sus conflictos de pareja y, en esa segunda dimensión de su mundo, se fascinan po

Travesía a pie sobre la arena, de Alex Mariscal

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foto de Eduard Serra Alanda Marcat Danza (Estados Unidos / España) presentó la noche del 8 de octubre en el Ateneo de la Ciudad del Saber su espectáculo Alanda, una coreografía de Mario Bermúdez Gil.   Cinco ejecutantes vestidos con una paleta de colores bage aparecen en una onírica atmósfera cálida de arena y bruma. El sonido es orgánico; el espacio, caliente; el tiempo, remoto. La música hace un recorrido evolutivo que nos transporta desde un lugar europeo hacia el oriente medio, hacia culturas lejanas y desérticas. La gestualidad repetitiva afirma, sobre un hostil camino, una larga travesía, con rupturas para dirigirse al cielo, a la celebración, al gozo de haber llegado a algún sitio. Alanda hace alusión a la confluencia en Andalucía de muchas culturas. En el elenco se mezclan bailarines españoles, italianos y norteamericanos, lo que ya es un viaje en sí mismo en lo transcultural, con el consecuente intercambio de lenguas, música, bailes, rituales. Los sonidos, desde

Danza indeterminada o la negación del movimiento, de Alex Mariscal

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Dentro del marco del octavo festival Prisma de danza contemporánea, hoy lunes 7 de octubre la compañía ESKLAN ART’S FACTORY presentó el espectáculo 4 JHON, de los coreógrafos Erika Silgoner y Bob Bobsil. En el escenario del reabierto Teatro Nacional una bailarina produce sonidos con su boca y pies, mientras hace guiños tímidos a los espectadores para propiciar una pieza dancística en honor al músico norteamericano John Cage. A continuación, se incorporan 5 cuerpos más, a quienes los coreógrafos hacen vibrar sobre la partitura del espacio para reproducir en su danza el concepto de lo indeterminado planteado por el célebre compositor, quien pensaba que una composición es «una total negación de los deseos intencionales». En esta pieza, los bailarines inician el movimiento y lo interrumpen, imitando al pianista de 4:33 —composición de Cage— quien golpea las teclas, cierra el piano y espera inmóvil. En su desarrollo, los cuerpos generan movimientos que se convierten en pausas, en suspensi

El futuro está del otro lado del muro, de Alex Mariscal

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Desde que tengo uso de razón escucho este estribillo, muy trillado en la actualidad, de boca de los políticos de mi país: «Los niños son el futuro de la patria». Pero el accionar político, económico y social de la mayoría de ellos cuando logra la preciada silla del poder no se orienta según este enunciado. La tarde del sábado 12 de octubre, cuando observaba en el Instituto Nacional la coreografía de David Dorfman y Kellie Ann Lynch, directores del grupo David Dorfman Dance, llevada a escena por un grupo de niños y adolescentes de programas sociales que trabajan a través de la danza, me pregunté: ¿no sería extraordinario que todos los niños de la patria tuviesen estas oportunidades? ¿No piensan ustedes lo mismo? Porque hay niños que no tienen la fortuna de haber salido de su calle, ni de haber cruzado el muro de su manzana, ni, por diversas razones, de haber rebasado los límites de su municipio. Mucho menos de haber asistido a un teatro, o a una clase de arte. Al observar a esta v